Tener los ojos rojos e irritados no solo es incómodo, sino que puede ser un síntoma de problemas oculares subyacentes. La esclerótica, esa parte blanca del ojo, puede inflamarse y causar molestias si no se trata correctamente. Conocer las causas, síntomas y prevención es clave para mantener una buena salud ocular.
Causas de la esclerótica irritada
Existen múltiples factores que pueden provocar irritación en la esclerótica, entre ellos:
- Sequedad ocular: Falta de lágrimas o mala calidad lagrimal.
- Alergias: Polen, polvo o productos químicos pueden desencadenar enrojecimiento.
- Uso prolongado de pantallas: Disminuye la frecuencia del parpadeo y reseca los ojos.
- Infecciones oculares: Conjuntivitis u otras infecciones pueden inflamar la esclerótica.
- Esfuerzo ocular excesivo: Lectura prolongada sin descanso o uso de lentes incorrectas.
- Factores ambientales: Viento, humo, contaminación o exposición prolongada al sol.
Síntomas de tener una esclerótica irritada
Cuando la esclerótica está irritada, pueden aparecer síntomas como:
- Ojos rojos o inflamados.
- Sensación de ardor o picazón.
- Sequedad o lagrimeo excesivo.
- Molestia al parpadear.
- Sensibilidad a la luz.
- Visión borrosa ocasional.
Cómo prevenir los ojos rojos
Para evitar la irritación ocular, es fundamental reducir la exposición prolongada a pantallas, ya que esto disminuye la frecuencia del parpadeo y favorece la sequedad ocular. Si es inevitable su uso, se recomienda la regla 20-20-20: cada 20 minutos, apartar la vista durante 20 segundos y mirar a una distancia de al menos 20 pies (6 metros). Además, el uso de lágrimas artificiales puede ayudar a mantener la hidratación del ojo, especialmente en ambientes con aire acondicionado o calefacción.
Es importante proteger los ojos de la exposición al sol mediante el uso de gafas con filtro UV, que previenen el daño ocular causado por los rayos solares. Mantener una adecuada higiene ocular también es clave; lavarse las manos antes de tocarse los ojos y evitar compartir productos de maquillaje puede reducir el riesgo de infecciones. Asimismo, las lentes de contacto deben usarse con precaución, asegurándose de seguir las indicaciones de uso y mantenimiento para evitar irritaciones. Finalmente, es recomendable no frotarse los ojos, ya que esto puede empeorar la irritación e incluso provocar lesiones en la córnea.
Afecciones relacionadas
Si la esclerótica irritada no mejora, podría ser signo de afecciones más serias como:
- Conjuntivitis: Infección o inflamación de la conjuntiva que causa enrojecimiento y secreción.
- Ojo seco: Falta de lubricación ocular, provocando ardor y molestias.
- Escleritis: Inflamación severa de la esclerótica que puede causar dolor intenso.
- Uveítis: Inflamación interna del ojo, que puede generar dolor y visión borrosa.
Si experimentas síntomas persistentes, lo ideal es acudir a un especialista en oftalmología, como los de la Clínica Ocular Antonio Moreno, donde recibirás un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado para mantener tu salud ocular en óptimas condiciones.
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