¿Has observado un reflejo blanco en el ojo de un niño, en una fotografía o ante la luz? La leucocoria, también conocida como pupila blanca, es un síntoma ocular que puede parecer algo sin importancia, pero en realidad puede estar indicando la presencia de una patología ocular grave, especialmente durante la infancia.
Detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia, y por eso es fundamental acudir a un oftalmólogo especialista lo antes posible para una evaluación concreta y un plan de actuación.
¿Qué es la leucocoria?
La leucocoria es un signo clínico que se manifiesta como un reflejo blanco o amarillento en la pupila. Normalmente, el reflejo que se observa en la pupila de un ojo sano es rojizo, debido a la vascularización de la retina. Sin embargo, cuando ese reflejo parece blanquecino, puede ser la primera señal de que existe un problema serio en el interior del ojo.
Este tipo de reflejo suele detectarse en fotografías con flash, pero también puede apreciarse a simple vista si está avanzada. Aunque puede presentarse a cualquier edad, es especialmente relevante en niños.
¿Por qué aparece la leucocoria?
La leucocoria no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de alarma de que algo no está funcionando correctamente dentro del ojo. Identificar la causa precisa es fundamental para elegir el tratamiento adecuado y preservar la visión.
Retinoblastoma
Se trata de un tumor maligno que se desarrolla en la retina, afectando principalmente a niños menores de cinco años. Es una de las causas más graves de leucocoria y su detección precoz es vital para conservar la visión e incluso la vida.
Catarata congénita
En este caso, el cristalino del ojo, que debería ser transparente, aparece opaco desde el nacimiento o en los primeros meses de vida. Esta opacidad, conocida como catarata congénita, impide el paso de la luz y genera el reflejo blanco.
Desprendimiento de retina
Aunque es más frecuente en adultos, también puede aparecer en niños, sobre todo si existen antecedentes de traumatismo o enfermedades hereditarias. La retina se separa de su posición habitual, alterando el reflejo normal de la pupila.
Es una urgencia oftalmológica y requiere atención inmediata.
Infecciones oculares severas
Ciertas infecciones intraoculares, como la endoftalmitis, pueden provocar inflamación y exudados que pueden causar pupila blanca.
Enfermedades hereditarias o genéticas
Algunas distrofias de retina o malformaciones oculares de origen genético también pueden provocar leucocoria. En estos casos, suele haber antecedentes familiares o alteraciones sistémicas que ayudan a orientar el diagnóstico.
Principales síntomas de la pupila blanca
Además de la pupila blanca, existen otras señales que pueden aparecer de forma conjunta y que ayudan a reconocer que algo no va bien. Prestar atención a estos síntomas puede facilitar una detección precoz y motivar la consulta inmediata con un oftalmólogo. Algunos de estos síntomas son:
- Reflejo blanco en fotografías: Es el signo más frecuente y el motivo por el que muchos padres acuden a consulta. En fotografías tomadas con flash, una pupila aparece blanca mientras la otra mantiene un reflejo rojizo normal. Esta asimetría es motivo suficiente para una evaluación oftalmológica.
- Pérdida de visión: En bebés y niños pequeños puede no ser evidente de inmediato, pero ciertos comportamientos como no fijar la mirada o no seguir objetos con la vista pueden indicar una reducción de agudeza visual.
- Estrabismo: El estrabismo, que es la desviación de uno o ambos ojos, puede aparecer asociado a la leucocoria. Si es de aparición repentina o va acompañado de reflejo blanco, debe considerarse un signo de alarma y valorarse de forma urgente.
¿Cómo se diagnostica la leucocoria?
Ante cualquier sospecha de pupila blanca, el primer paso es acudir a un oftalmólogo. En nuestra clínica oftalmológica en Málaga realizamos una exploración completa con tecnología avanzada, que incluye varias pruebas fundamentales para llegar a un diagnóstico preciso.
Estas pruebas pueden incluir la observación con lámpara de hendidura, el examen del fondo de ojo o una ecografía ocular. En algunos casos también utilizamos técnicas de imagen como la tomografía de coherencia óptica (OCT) o la retinografía para visualizar con detalle las estructuras internas del ojo.
Gracias a estas pruebas podemos identificar la causa exacta, determinar el alcance del problema y planificar el tratamiento más seguro y efectivo.
¿Qué tratamientos existen?
El tratamiento de la leucocoria dependerá siempre de la causa que la origine, pero en muchos casos, especialmente cuando se detectan cataratas congénitas, desprendimientos de retina o ciertas malformaciones, la cirugía ocular es la principal vía para preservar o recuperar la visión. En nuestra clínica apostamos por técnicas microquirúrgicas avanzadas y mínimamente invasivas que permiten intervenir con máxima precisión y reducir los tiempos de recuperación.
En otros casos, como los relacionados con tumores o infecciones, puede ser necesario recurrir a tratamientos oncológicos o farmacológicos, siempre adaptados al diagnóstico específico y al estado del paciente.
Leucocoria en niños: detección precoz y abordaje especializado
En la infancia, cada día cuenta. Las enfermedades asociadas a leucocoria pueden afectar al desarrollo visual de forma irreversible si no se detectan a tiempo. Por eso, ante el más mínimo indicio, es recomendable consultar con un oftalmólogo infantil.
¿Cuándo acudir al oftalmólogo?
Existen situaciones en las que es imprescindible consultar de inmediato. Si observas un reflejo blanco en la pupila de un niño, especialmente si es asimétrico o persistente, acude a un especialista.
También es urgente acudir a consulta si hay pérdida visual no explicada, si el niño no fija la mirada adecuadamente o si aparece estrabismo de forma repentina. Antecedentes familiares de patologías oculares graves también deben ser motivo de revisión oftalmológica anualmente.
Prevención y revisiones oftalmológicas recomendadas
Prevenir siempre es mejor que tratar. La clave está en realizar controles visuales en los momentos adecuados, sobre todo durante la infancia.
Recomendamos realizar una primera revisión oftalmológica en el primer año de vida, especialmente si hay antecedentes de problemas oculares. A partir de ahí, deben hacerse controles periódicos adaptados a la edad y al riesgo individual. En nuestra clínica, adaptamos cada evaluación al paciente para detectar posibles problemas incluso antes de que se manifiesten clínicamente, además, contamos con la tecnología más avanzada para garantizar un diagnóstico seguro en cada etapa.
No tratar la leucocoria a tiempo puede llevar a pérdida irreversible de visión y en algunos casos, como el retinoblastoma, puede poner en riesgo la vida del paciente. El tiempo es un factor determinante en estos casos.
Ante cualquier sospecha de leucocoria, consúltanos
Si has notado un reflejo blanco en el ojo de tu hijo o de algún familiar, o si tienes cualquier duda relacionada con la salud ocular, estamos aquí para ayudarte. En la Clínica Oftalmológica Antonio Moreno contamos con la experiencia y la tecnología necesaria para ofrecerte un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz.
No dejes pasar las señales. Solicita tu cita y recibe una atención oftalmológica especializada y de confianza.
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