Imagina que tu hijo empieza a ver borroso, que cambia de gafas cada pocos meses y aun así sigue sin ver bien; o tal vez eres tú quien nota que letras bailan o los objetos se deforman. Esa sensación desconcertante podría ser señales del queratocono.
En la Clínica Oftalmológica Antonio Moreno llevamos años ayudando a pacientes y familias a entender y tratar esta enfermedad. Si ya te han hablado de esta alteración ocular y quieres informarte más sobre qué es el queratocono, o simplemente buscas un tratamiento para el queratocono, aquí vas a encontrar información clara, actualizada y centrada en ti.
Definición y conceptos básicos
El queratocono es una enfermedad de la córnea, esa «ventanita» transparente que cubre la parte frontal del ojo. En lugar de mantener su forma redondeada, la córnea empieza a deformarse, afinándose y adoptando una forma de cono que altera la manera en la que entra la luz al ojo. Como resultado tenemos una visión borrosa, distorsionada, que ni las gafas convencionales logran corregir.
Es una condición progresiva y en muchos casos bilateral, es decir, afecta a los dos ojos, aunque no siempre por igual. Suele comenzar en la adolescencia o en adultos jóvenes, y puede avanzar de forma más o menos rápida, dependiendo de la persona. Entre sus efectos más frecuentes están la aparición de miopía, astigmatismo irregular y una importante pérdida de agudeza visual.
¿Por qué aparece el queratocono?
Aunque el queratocono tiene un origen complejo, hay una combinación de predisposición genética y factores externos que actúan como desencadenantes. No es una enfermedad contagiosa ni aparece de un día para otro, pero sí se puede acelerar o agravar si no se diagnostica a tiempo.
Componente genético y predisposición ocular
No hay una causa única, pero sí sabemos que el componente genético juega un papel clave. Si en tu familia hay casos de queratocono, especialmente en padres o hermanos, el riesgo de desarrollarlo aumenta notablemente. Alteraciones en el colágeno y otras estructuras de la córnea también pueden favorecer su aparición.
En casos de antecedentes familiares, en la Clínica Antonio Moreno recomendamos revisiones oftalmológicas regulares desde edades tempranas.
Factores ambientales y mecánicos
Uno de los hábitos más perjudiciales es frotarse los ojos con frecuencia y fuerza, algo muy común en personas con alergias oculares. Este gesto, que parece inofensivo, puede agravar la deformación corneal y acelerar el desarrollo del queratocono. El uso inadecuado de lentes de contacto o el abuso prolongado sin seguimiento médico, también puede contribuir al debilitamiento de la córnea.
Enfermedades asociadas
Existen algunas enfermedades sistémicas y trastornos del tejido conectivo, como el síndrome de Marfan o la atopía, que se han relacionado con el queratocono. Aunque son menos frecuentes, conocer estos vínculos puede ayudar a detectar el problema antes de que evolucione.
¿Cuándo aparece y quién puede desarrollarlo?
El queratocono suele manifestarse entre los 10 y los 30 años. Afecta por igual a hombres y mujeres, y puede desarrollarse tanto en personas sin antecedentes como en aquellas con factores de riesgo conocidos. Su aparición temprana, especialmente en la infancia o adolescencia, suele estar relacionada con una progresión más rápida, por eso es fundamental estar pendiente de los primeros signos.
Síntomas del queratocono
Los primeros síntomas pueden pasar desapercibidos o confundirse con problemas visuales comunes. Pero hay señales que deben hacer sonar las alarmas: cambios frecuentes en la graduación de gafas o lentillas, visión borrosa o distorsionada incluso con corrección, mayor sensibilidad a la luz o molestias con los brillos, dificultad para ver bien de noche con halos o imágenes dobles, y sensación de sequedad o cuerpo extraño en los ojos.
Si reconoces alguno de estos síntomas en ti o en tu hijo, lo mejor es pedir una revisión completa con un oftalmólogo especializado.
Fases del queratocono
El queratocono no siempre avanza igual en todos los pacientes, pero suele seguir una progresión por etapas. En la fase incipiente no hay síntomas claros y solo se detecta con pruebas específicas. En la fase leve o moderada empiezan a aparecer los primeros problemas de visión, que pueden variar rápidamente. La fase avanzada se caracteriza por una deformación muy marcada de la córnea, con una visión gravemente afectada e incluso la aparición de cicatrices. Cuanto antes se diagnostique, más opciones hay de actuar sin recurrir a tratamientos agresivos.
Diagnóstico: pruebas que realiza el oftalmólogo
El diagnóstico precoz marca la diferencia. En la clínica realizamos un estudio completo con tecnología de imagen avanzada, que permite detectar incluso los casos más sutiles. La topografía corneal crea un mapa tridimensional de la superficie de la córnea, mientras que la tomografía mide el grosor corneal y su distribución. También usamos Pentacam u otros dispositivos de alta resolución para evaluar la estructura interna del ojo. Completamos la valoración con test de agudeza visual, refracción, presión ocular y exploración con lámpara de hendidura. Con estos datos, podemos clasificar el estadio del queratocono y valorar qué tratamiento se adapta mejor a tu caso.
Opciones de manejo y cuándo intervenir
Cada paciente es diferente. En algunos casos basta con gafas o lentillas especiales. En otros, hace falta actuar para frenar la progresión o mejorar la estructura de la córnea. Las lentes de contacto especiales, como las rígidas, esclerales o híbridas, ayudan a mejorar la calidad visual. El cross-linking corneal refuerza las fibras de colágeno de la córnea y permite frenar su evolución. Los anillos intracorneales son pequeños implantes transparentes que regularizan la forma de la córnea y pueden ser muy útiles en casos moderados. El trasplante de córnea se reserva para situaciones muy avanzadas, con pérdida visual severa o cicatrices que afectan gravemente a la visión.
Te ayudamos a elegir el momento perfecto para intervenir.
Prevención y medidas que ayudan a controlarlo
Aunque no siempre se puede evitar, hay muchas cosas que sí están en tu mano para proteger tus ojos. Evitar frotarse los ojos, especialmente si tienes alergias, es una de las más importantes. También conviene realizar controles regulares si hay antecedentes familiares, usar lentes de contacto bajo supervisión profesional y proteger los ojos de irritantes ambientales como el humo, el polvo o el aire seco.
El seguimiento oftalmológico periódico y una actitud preventiva pueden marcar la diferencia entre mantener una buena visión o enfrentarse a complicaciones innecesarias.
Así te ayudamos en Clínica Antonio Moreno
En nuestra clínica oftalmológica en Málaga, contamos con un equipo especializado y la tecnología más avanzada para tratar el queratocono desde el primer momento. No solo diagnosticamos: te acompañamos durante todo el proceso. Desde las fases más leves hasta los casos más complejos, adaptamos el tratamiento a tus necesidades, explicándolo todo paso a paso y resolviendo tus dudas con cercanía.
Si quieres explorar todas las opciones para tratar el queratocono, pide tu primera cita con nosotros. Tu visión merece el mejor cuidado, desde el primer síntoma hasta la solución definitiva.


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