¿Te has mirado al espejo y has visto de repente una mancha roja en el ojo? Esa imagen suele asustar, pero la mayoría de las veces se trata de un derrame ocular o hiposfagma, una situación más frecuente de lo que imaginas. Aunque en la mayoría de los casos no representa un problema grave, sí conviene conocer sus causas y cuándo hay que consultarlo con un especialista. En nuestra clínica oftalmológica en Málaga contamos con la experiencia y la tecnología necesarias para valorar este tipo de alteraciones oculares.
¿Qué es un hiposfagma?
El hiposfagma, también conocido como derrame ocular, es una hemorragia subconjuntival. Esto significa que un pequeño vaso sanguíneo se rompe bajo la conjuntiva, que es la membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo. Al quedar atrapada la sangre en esa zona, aparece la característica mancha roja.
Aunque puede impresionar mucho, lo cierto es que no suele provocar dolor, pérdida de visión ni secreciones. La persona lo nota porque al mirarse en un espejo se ve la mancha, pero en la mayoría de los casos el ojo funciona con normalidad.
Es importante diferenciarlo de otras afecciones como la conjuntivitis, que suele acompañarse de escozor, lagrimeo o secreción mucosa. En el hiposfagma, la única señal es la coloración roja.
Causas y factores de riesgo del hiposfagma
Existen varias razones por las que un hiposfagma puede ocurrir. A veces, es completamente espontáneo, mientras que en otras ocasiones está relacionado con factores de riesgo específicos.
Aunque la mayoría de las personas experimentan un derrame ocular ocasional, algunas pueden sufrirlo con mayor frecuencia. Esto puede ser consecuencia de factores médicos como la hipertensión, la diabetes o el uso de medicamentos anticoagulantes. Estos factores alteran la coagulación sanguínea o aumentan la presión en los vasos sanguíneos, lo que facilita su ruptura. Además, el envejecimiento también puede jugar un papel importante, ya que los vasos sanguíneos en los ojos se debilitan con el tiempo.
El estrés físico o el esfuerzo excesivo también pueden provocar un aumento temporal de la presión ocular, lo que puede desencadenar un hiposfagma, sobre todo al toser, estornudar o levantar objetos pesados.
Síntomas del hiposfagma: ¿cómo identificarlos?
El síntoma principal es la mancha roja en la parte blanca del ojo, que puede ocupar un área pequeña o extenderse por casi toda la superficie visible. La buena noticia es que, aunque la mancha es muy visible, la sangre queda confinada en la conjuntiva y no afecta a estructuras internas.
Mantener una buena salud cardiovascular, controlar la tensión arterial y seguir las revisiones médicas recomendadas ayuda a reducir el riesgo. Evitar frotarse los ojos con fuerza es otro consejo sencillo y efectivo.
En quienes toman anticoagulantes, es importante seguir al pie de la letra la pauta médica. Y en el día a día, llevar gafas de sol y mantener una correcta higiene ocular también contribuye a prevenir complicaciones.
¿Cuándo consultar a un oftalmólogo por un derrame ocular?
Aunque el hiposfagma por lo general no es grave, en algunas situaciones es necesario consultar a un oftalmólogo. Si el derrame ocular no desaparece en un plazo de dos semanas, o si se presenta junto con otros síntomas como dolor ocular, visión borrosa, o si se repite con frecuencia, es importante que un especialista valore la situación.
Además, si el hiposfagma se presenta después de un golpe en el ojo, cirugía ocular o si tienes antecedentes de enfermedades como la hipertensión, es fundamental acudir a la consulta para asegurarse de que no haya daños más profundos.
Tratamientos del hiposfagma: ¿qué opciones existen?
La mayoría de los casos de hiposfagma se resuelven de forma natural sin necesidad de tratamiento. No obstante, existen algunas recomendaciones y opciones para aliviar los síntomas o, en casos raros, para tratar afecciones subyacentes.
Observación y descanso
En la mayoría de los casos, el tratamiento principal es la observación. El derrame ocular desaparece por sí solo en un par de semanas. Para aliviar cualquier incomodidad, el descanso y evitar frotarse los ojos son fundamentales.
Colirios o gotas oculares
Si el hiposfagma genera molestias, como sequedad o irritación, se pueden utilizar lágrimas artificiales o colirios lubricantes. Estos ayudan a mantener el ojo hidratado y alivian la sensación de sequedad, pero no aceleran la resolución del derrame.
Medicamentos para el derrame ocular
En algunos casos, el oftalmólogo puede recomendar el uso de medicamentos para controlar la presión ocular o ajustar el tratamiento de condiciones médicas subyacentes como la hipertensión o problemas de coagulación. Sin embargo, esto suele ser necesario solo si el hiposfagma es recurrente o está asociado con otras patologías.
Intervención quirúrgica
Aunque es extremadamente raro, en casos donde un derrame ocular sea producto de un traumatismo grave o de una afección ocular más seria, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar posibles daños en las estructuras internas del ojo. Esta es una opción solo si los métodos más conservadores no son suficientes.
Revisión y tratamiento en Clínica Antonio Moreno
Aunque la mayoría de los derrames oculares son inofensivos, hay que tener claro cuándo un derrame ocular es peligroso y no dejar pasar señales de alarma. Una valoración rápida y precisa puede marcar la diferencia entre un episodio aislado y el signo de una patología mayor.
En la Clínica Oftalmológica Antonio Moreno ponemos a disposición de nuestros pacientes la última tecnología en diagnóstico ocular, como el OCT, Pentacam o Anterion, que nos permiten descartar problemas asociados de forma segura y detallada. Nuestro equipo médico cuenta con amplia experiencia en hemorragias subconjuntivales y otras patologías oculares, lo que garantiza un diagnóstico de confianza.
Si has tenido un derrame ocular y quieres asegurarte de que todo está bien, te recomendamos pedir cita para una revisión completa con nuestros especialistas.


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